Fotografiar a los truenos, reto conseguido

Fotografiar a los truenos, reto conseguido

Científicos del Southwest Research Institute (SwRI) consiguieron fotografiar a los truenos, al ser capaces de captar con imágenes las ondas sonoras creadas por la caída de un rayo (artificial).

Se trata de la primera ocasión en la que se pudo conseguir un documento de este tipo, pues hasta entonces los trabajos habían conseguido captar las ondas acústica o la energía desprendida en las descargas provocadas por las tormentas.

La AMOC se desacelera, pero resiste

La AMOC se desacelera, pero resiste

La AMOC da signos de que se desacelera, pero un estudio científico ha comprobado que resiste su dinamismo por encima de lo previsto por muchos modelos climáticos, gracias a la Corriente del Golfo.

No cabe duda de que uno de los aspectos que más preocupa a los científicos especializados en la climatología es la evolución que experimentará la circulación termohalina en las próximas décadas.

De hecho, en los últimos años hemos compartido bastantes estudios científicos al respecto, como reflejo de la inquietud que provoca este asunto.

El incremento de la temperatura de los océanos y el derretimiento de las banquisas ártica y antártica debe provocar, según las investigaciones y proyecciones matemáticas, que la AMOC se desestabilice, desacelerándose en ciertas zonas como el Atlántico Norte, lo que podría repercutir de forma transcendente en nuestro clima.

¿Por qué se forman las olas gigantes singulares?

¿Por qué se forman las olas gigantes singulares?

Un grupo de científicos ha constatado sobre el mar la causa de la formación de las olas gigantes singulares, de forma que han podido comprobar lo que la teoría formulaba en el laboratorio.

Estas enormes olas vagabundas, de una magnitud mucho mayor que las olas grandes, se forman a causa del viento, no por algún tipo de actividad sísmica, y en la fase joven de la ola, cuando ésta es más sensible al efecto de la energía eólica.

Diversos estudios científicos anteriores habían teorizado sobre su formación y otros habían demostrado que su frecuencia ha disminuido de forma importante en las últimas décadas, pero su tamaño estaba haciéndose mayor, lo que supone un peligro para los barcos que transitan por aguas abiertas de los océanos más tempestuosos.

Un vórtice polar débil modifica la incertidumbre del pronóstico

Un vórtice polar débil modifica la incertidumbre del pronóstico

Un vórtice polar débil modifica la incertidumbre del pronóstico meteorológico a largo plazo, en un rango de 3 a 5 semanas, respecto a la fiabilidad de cuando el vórtice se presenta fuerte.
Cada otoño-invierno, estamos preocupados por las condiciones que presenta el vórtice polar estratosférico pues en el caso de España, si está débil, suele propiciar pasadas unas pocas semanas un tiempo inestable.
Pero más allá de lo que pueda suceder en el suroeste de Europa, un grupo de científicos ha hallado una conexión entre la fiabilidad del pronóstico a largo plazo y la robustez del vórtice, algo muy interesante para mejorar las herramientas predictivas en el futuro.

Niños más intensos por un mayor deshielo

Niños más intensos por un mayor deshielo

Una investigación ha vinculado eventos de El Niño más intensos por culpa de las temporadas de deshielo mayores.

La investigación ha encontrado una conexión evidente entre el hielo marino y su atmósfera circundante en el Ártico y la intensidad del patrón de El Niño, una relación hasta ahora no conocida por la comunidad científica.

Sobre la discrepancia modelos climáticos – calentamiento global

Sobre la discrepancia modelos climáticos – calentamiento global

La discrepancia entre los modelos climáticos y las observaciones sobre el calentamiento global que realizan los satélites meteorológicos tienen una explicación.

Según un estudio de investigación, las variaciones climáticas que ocurren naturalmente en el Planeta ayudan a explicar esa discordancia entre los modelos climáticos y las observaciones satelitales del calentamiento global.

La mayoría de las simulaciones de modelos, los datos satelitales han mostrado constantemente un menor calentamiento de la atmósfera inferior de la Tierra.